Competencias del profesional innovador

La tabla siguiente resume las principales competencias del profesional innovador que se comentan a continuación.

Autoconvicción y automotivación
La experiencia y estudios especializados demuestran que para que una persona pueda realizar aportaciones de valor en un proceso de innovación ha de estar convencida de que es capaz de ello. Es importante, por tanto, que las personas tengan automotivación y estén interesadas en generar propuestas creativas e innovadoras. Para ello requieren un entorno empresarial propicio que no reprima sus habilidades por el hecho de que muchas ideas innovadoras no puedan ponerse en marcha. Por el contrario, es importante que todos sean conscientes de que se requieren muchas ideas para dar con las más idóneas.

Inquietud, iniciativa y proactividad
La inquietud hace que las personas nos hagamos preguntas sobre los temas que nos rodean o más nos preocupan. La iniciativa nos mueve a realizar determinadas actividades por el simple hecho de querer hacerlo. La proactividad nos fuerza a generar propuestas, adelantándonos a la solicitud de un tercero, simplemente porque consideramos que pueden ser útiles.
Todos los profesionales innovadores necesitan una combinación de estas competencias, aunque puede ser que alguna destaque por encima de las otras.

Pensamiento racional y lateral
La configuración neuronal de nuestro cerebro puede limitar nuestra percepción del entorno. Por eso, aunque muchas veces lo que estamos buscando está frente a nosotros no conseguimos verlo.
Necesitamos combinar el pensamiento racional, lógico o “sentido común” que nos ayuda a cuestionar hechos, situaciones o resultados que podemos percibir como normales por el simple hecho de ser un hábito, una moda o ser algo frecuente; con el pensamiento lateral que se hace preguntas fuera de la lógica habitual y permite poner en marcha conexiones o circuitos mentales que nos ayudan a encontrar nuevos puntos de vista y nuevas ideas.

Pensamiento analítico y capacidad de observación

Esta competencia complementa a la anterior puesto que, para llegar soluciones o ideas bien fundamentadas suele ser necesario analizar en profundidad los datos y hechos disponibles. Por otro lado, observar la realidad y el entorno con detenimiento siempre ha sido una gran fuente de información e ideas. En todo caso, la capacidad de diferenciar entre los hechos y nuestra percepción, entre los datos objetivos y los subjetivos, resulta clave para realizar una interpretación correcta y llegar a conclusiones relevantes.

Intuición

La intuición es una capacidad mental que permite a las personas establecer hipótesis o llegar a conclusiones aun careciendo de toda la información necesaria. La intuición requiere un conocimiento experto del entorno y la situación pero, además, exige ser capaces de proyectar ese conocimiento para obtener respuestas eficaces a problemas parcialmente conocidos. No todas las personas consideran oportuno “aventurarse” a realizar propuestas sin un conocimiento riguroso de la situación, pues se encontrarán inseguros o no tendrán el convencimiento de disponer de la suficiente experiencia para realizar determinadas afirmaciones. Sin embargo, la intuición puede constituir un punto de referencia para determinadas hipótesis o puede mostrar el camino adecuado.

Capacidad de asumir riesgos y gestionar el fracaso

Los innovadores son emprendedores y, por definición, están dispuestos a afrontar nuevos caminos por el convencimiento que tienen de que pueden conseguir buenos resultados. Pero también asumen el riesgo de que no se obtengan e incluso la posibilidad de fracasar.
El fracaso forma parte del éxito y el éxito del fracaso, por lo tanto, las personas y organizaciones que deseen intensificar la dinámica de innovación deben prepararse para saber gestionar éxito y fracaso, evitando que ambas dinámicas limiten la competitividad a corto y medio plazo.

Formular problemas
De sobras es conocido que para llegar a resolver un problema lo primero es saber formularlo adecuadamente. Si solamente vemos una parte del problema o existen filtros que nos limitan difícilmente podremos generar la solución adecuada.

Generar alternativas
Ante una determinada situación o problemática no existe una única alternativa, ya que aplicando nuevos criterios, recursos y procedimientos siempre es posible encontrar nuevos caminos. Sin embargo, con frecuencia, limitamos las opciones a las alternativas más fáciles y obvias, rechazando la posibilidad de imaginar o considerar otras alternativas que pueden ser factibles aunque no se hayan utilizado hasta el momento.
Aunque el ejercicio de generar alternativas implica un esfuerzo, puede constituir el punto de inflexión para conseguir la viabilidad de una idea o proyecto, o alcanzar el resultado esperado. Esta actitud o predisposición positiva a encontrar el camino más efectivo resulta fundamental para evitar que las nuevas ideas y proyectos se queden atascados.

Capacidad de trabajo en equipo

Trabajar en equipo no se limita al propio equipo, sino que significa compartir, comprometerse con los demás, enriquecer el resultado común a base de aportaciones individuales. Un esfuerzo que en la actualidad puede realizarse en red ya que para trabajar conjuntamente no es necesario encontrarse físicamente. Internet y las soluciones de trabajo colaborativo, los foros y blogs, entre otros, ofrecen alternativas eficientes y efectivas para trabajar en red. El conocimiento de estas herramientas constituye una palanca relevante para la innovación.

Métodos de evaluación de oportunidades, ideas y proyectos

Como la innovación debe estar alineada con los objetivos de la empresa y los recursos son limitados, a lo largo del proceso de innovación es necesario evaluar y priorizar con acierto oportunidades, ideas y proyectos. Los criterios y las herramientas de evaluación deben adaptarse a cada fase del proceso sin perder una visión de conjunto. También es necesario evaluar los resultados de los proyectos de innovación, compararlos con los objetivos y extraer lecciones que nos ayuden a mejorar.

Gestión de proyectos
Los proyectos son un paso clave para implantar las ideas y lograr que se conviertan en resultados para la empresa. Llegados a este punto se requiere capacidad de planificación y organización. Aspectos importantes son asegurar que todos los implicados conocen su papel y establecer una buena coordinación y comunicación entre los mismos.