¿Por qué Innovar?
La
necesidad del cambio en la empresa no es un concepto nuevo
Los ciclos económicos, los cambios en las tendencias sociales y
los hábitos y preferencias de la demanda, la evolución política
y legislativa, y las revoluciones tecnológicas son algunas de
las grandes palancas que condicionan e impulsan los cambios en
los mercados y en los diferentes sectores empresariales.
Hace ya décadas que los gurús del management empezaron a generar
modelos y teorías para impulsar el cambio y la superación
constante en los negocios, las empresas y las organizaciones.
Todos compartimos la necesidad de evolucionar, de superarnos y
alcanzar nuevos retos, de ser más competitivos,… Son valores
irrenunciables en la economía de mercado y de la sociedad de
consumo en la que estamos inmersos.
Así pues, el cambio no es un problema reciente para las
organizaciones pero los motivos y los matices han sido distintos
en cada época y la respuesta se ha ido adaptando.
Existe el convencimiento entre los dirigentes empresariales de
que lo que no mejora empeora. Es decir, las organizaciones -como
las personas- siempre buscan una posición de confort, de menor
esfuerzo, y corresponde a los directivos encontrar los caminos
que motiven el movimiento y lo orienten en la dirección
correcta. En ocasiones, está vocación concede prioridad al
crecimiento sin un enfoque competitivo que dé valor estratégico
al esfuerzo. Los retos que puede abordar una organización están
vinculados a la energía que puedan generar las personas que la
integran y la lógica con la que se aplica la misma.
La innovación es uno de los enfoques que más utilizan las empresas en la actualidad para generar esta energía y canalizarla adecuadamente.
La innovación puede ser la respuesta adecuada para aquellas
empresas que ya han conseguido superar la mejora continua, que
requieren impulsan avances significativos que involucren a
diferentes áreas de la organización y que necesitan adaptar sus
productos y servicios a los nuevos requerimientos y
características del mercado.
En cualquier caso, queda claro que la innovación, como apuesta
empresarial, pretende reforzar las capacidades de las personas,
los procesos, la propuesta de valor y los sistemas
empresariales, con el propósito de mejorar la competitividad, la
rentabilidad y la sostenibilidad empresarial.
La oferta y las capacidades del pasado son insuficientes para
responder a los retos de hoy y del mañana en un entorno de
cambio acelerado. Por tanto, las empresas deben ganar en
capacidad de respuesta, en capacidad de comprender el nuevo
entorno, en capacidad la generar soluciones novedosas. También
deben hacerlo más rápidamente y mejor que la competencia.
En el nuevo entorno de negocio no podemos gestionar con las reglas, la organización y los sistemas del pasado.
El pasado no explica el futuro, por tanto, en el futuro que hoy podemos visionar encontramos demasiada incertidumbre como para diseñar y planificar la empresa sin temor a equivocarnos. En este escenario necesitamos redoblar los esfuerzos para decidir qué capacidades nos diferenciarán de los competidores.
Se requieren nuevos modelos
Las imágenes que se muestran a continuación ofrecen un claro
contraste entre los modelos de referencia de las organizaciones
empresariales en el pasado respecto a las que necesitan en el
futuro. En el pasado, como ocurre en el remo, las empresas
focalizaban el esfuerzo de todos en una única dirección sin
preocuparse de un entorno que no ofrecía incertidumbre. En la
actualidad, por el contrario, la principal preocupación de la
organización la encontramos en el entorno ya que, al igual que
en el rafting de aguas bravas, los miembros del equipo deben
estar preparados para comprender los cambios en el mismo y
adaptar sus movimientos a la situación de forma coordinada con
sus compañeros.
En ambos casos, los equipos pretenden llegar a su destino en
primera posición, pero cada cual debe adaptar su estrategia y
capacidades al entorno en el que va a competir.