El Proceso de Innovación
El proceso de innovación gestiona un flujo de ideas y proyectos innovadores y se suele visualizar como un embudo a través del cual se filtran las ideas y proyectos de acuerdo con las siguientes etapas:
1. Identificar oportunidades y generar ideas: El primer paso para la innovación es identificar oportunidades y generar ideas. Para ello se pueden utilizar técnicas de análisis de procesos, productos y servicios, así como técnicas de creatividad que ayudan a pensar más allá de lo evidente. En esta fase es importante aprovechar la inteligencia colectiva del equipo y las ideas han de fluir libremente, sin someterlas a juicios.
2. Evaluación de ideas: Una vez detectadas las oportunidades y convertidas en ideas, como los recursos son limitados hay que priorizarlas en función de diversos criterios entre los que se suelen incluir:
La estrategia empresarial
El impacto esperado en los resultados de la empresa
La viabilidad de la implantación
3. Priorización de ideas: Se analizan y definen los requisitos para poner en práctica las diferentes ideas y se valora la viabilidad y el plazo necesario. Algunos aspectos que hay que tener en cuenta en esta fase son:
Los posibles cuellos de botella internos o externos.
Las personas, capacidades y colaboraciones necesarias: Muchos proyectos requieren la participación de distintas áreas de la organización.
Las autorizaciones, licencias legales o permisos necesarios: estos pueden ser internos o externos y deben estudiarse.
El análisis de beneficios y riesgos.
4. Definición de proyectos: Es el momento de dar forma a los proyectos que permitirán ejecutar las ideas seleccionadas, estableciendo planes concretos de trabajo y asignando los recursos necesarios.
5. Ejecución: Durante la misma es importante que todos los que participan entiendan lo que se quiere lograr, así como su papel. Además, hay que asegurar el seguimiento de cada proyecto para comprobar que se respeta el plan acordado, si bien, tratándose de proyectos de innovación, puede ser necesario plantear cambios sobre la marcha.
6. Seguimiento: Una vez finalizado el proyecto es importante verificar si han habido desviaciones respecto al plan inicial y analizar sus causas. Posteriormente, será necesario llevar a cabo un seguimiento de los resultados.
Aunque el proceso de selección de ideas y proyectos debe
seguir una secuencia establecida, el embudo de la innovación no
ha de ser rígido. Cada fase puede retroalimentarse a partir de
las reflexiones y avances que se van logrando, dejando abierta
la posibilidad de introducir cambios.
Los principales retos para que el “embudo” de la innovación
funcione de forma adecuada son:
- Mantener un buen ritmo de identificación de oportunidades e ideas para innovar.
- Generar ideas de valor, bien formuladas, que contribuyan a los objetivos corporativos.
- Filtrar las ideas de forma adecuada para evitar que el embudo se atasque con ideas que no aporten valor.
- Definir planes de acción realistas que permitan poner en marcha las ideas más prometedoras.
- Conseguir la colaboración de todas las partes a la hora de aplicar las ideas innovadoras, y vencer posibles resistencias ante los cambios que pueden suponer.
- Motivar al equipo para que se mantenga alerta y no se
desanime aunque no sea posible poner en marcha todas las
ideas.